domingo, 17 de octubre de 2010

El laberinto de Otegi

Es un tema muy complejo, la verdad. La solución al que llaman "problema vasco", como si no hubiera más problemas en Euskadi...(quiero recordar que muere más gente en los andamios por negligencias de los empresarios que por terrorismo), es un entramado en el cual me pierdo.

Supongo que se trata de uno de estos temas en los cuales todos tenemos soluciones mágicas, unos dicen de cargarse a los etarras, otros de meterlos en la cárcel y que cumplan las condenas íntegras, otros que se les aisle políticamente, otros dice que hay separarse de España, otros que hay que cargarse a todos los españoles molestos para quedarse sólos en la península y así conseguir independencia...en fin...que hay tantos puntos de vista que me pierdo a la hora de intentar meterme en la piel de todos.

Por lo tanto voy a dar mi punto de vista personal al tema que se resume en: "Diálogo globalizado". Partimos del hecho de que ETA es una banda terrorista que nació con el consentimiento de muchos españoles anti franquistas, pues en un principio ETA era una organización antifascista contra la dictadura que se fue mutando a una banda de asesinos porque sí. Una prueba más de que violencia genera violencia. Pero hay que entender una cosa, en su momento era vista con simpatía en todo el mundo democrático porque suponía un encaramiento contra un gobierno surgido de un golpe de estado militar que había dejado casi un millón de muertos en España (que todo ha de recordarse) y en el cual el gobierno democrático no hizo otra cosa que defenderse como pudo frente a la pasividad internacional, esa misma que luego criticaría a la dictadura (a buenas horas mangas verdes).

No entiendo por qué se le ve simpático al general que intentó matar a Hitler, y no se le ve a las organizaciones que lo intentaron con Franco...cosas de la vida... el caso es que llegó a España la democracia y ETA comenzó a asesinar a todo quisqui que no comulgara con su manera de pensar...osea que la organización antifascista se había convertido en su propio enemigo (o así lo entiendo yo).

Decía Hemmingway que todas las víctimas humanas valían lo mismo y que cada muerto era un fracaso para todos "no preguntes por quién doblan las campanas, lo hacen por todos nosotros". Y como yo parto de esa premisa que me enseñaron en catequesis desde pequeño de que debes perdonar a los enemigos pues hala, eso hago. Yo estoy dispuesto a perdonar a lo terroristas que paguen por sus condenas y que colaboren por la paz y por restaurar un poco la dignidad de sus víctimas. Creo que ese es el único camino.

También creo que los mismo que piden que se les fusile ahora son los mismos que no aceptan condenas por el franquismo, el cual hizo barbaridades mayores que ETA y no se dice nada...porque en este caso "hay que perdonar y olvidar"....

Leo la entrevista de Otegui a EL PAIS con escepticismo, pues yo confié en la última tregua y diálogo y se rieron de mi en mi cara y más de los dos muertos en Barajas y de tantos otros...bien, vale...pero entre lineas veo cierto arrepentimiento y sentido común y eso es un clavo ardiendo al que los demócratas pacifistas como yo, queremos agarrarnos.

El problema es muy complejo y cómo dijo el general Petraeus, en Afganistán...las batallas de hoy en día se libran en muchos frentes, en la política, en la calle, en las comisarías, en las cárceles, en los velatorios y hasta en los blogs, así que abogo porque cada uno en su ambiente intente crear la paz y el entendimiento desde un punto de vista de los derechos humanos y de la democracia. En estos momentos no estaría de más agarrarse a los sentimientos crisitianos de lo que se olvidan las señoronas de visón que pueblan muchas iglesias de España y que tienen una curiosa capacidad de olvido o "alzheimer acelerado" cuando el sacerdote les habla en la homilia de entendimiento, perdón al enemigo, bondad etc...

Yo desde este blog, apoyo y apoyaré siempre el diálogo, que que yo sepa, nunca a matado a nadie. La pluma, más poderosa que la espada.


y os anexo el artículo para que os lo leais un poquillo

sábado, 16 de octubre de 2010

El Templo de la Poesía (Otoño en La casa de Gustav Fröding)

(Fotografía: Alster Herrgård en Otoño, Daniel Gomez)



Respiro versos
en la melancólica casa del poeta,
en el lugar donde una lámpara
y una flor blanca
reposan
sobre el dulce tintineo de un otoño a la deriva

Huele a poema
donde el escribiente alma suspiraba
afuera llueve luz
reflejada
en un espejo cualquiera en la tierra ambarina.

Son palabras sosegadas
humildemente secuestradas
que ni siquiera lloran
en este lento atardecer de temporada.

Es un tiempo de empatía
sobre el tierno rumor
de una hoja caída
y un ansiado sabor
de eterna belleza
de un momento en el templo de la poesía.