Nunca pisa la batalla tanto ruido de guerreros,
traen de sus almenas la paz de los cementerios.
Ismael Serrano: Si se callase el ruido.
Cuenta, ohhh musa, el por qué atrae a hombres tan débiles el rumor de la violencia cuando no son capaces de enfrentarse a la verdad de que somos todos hombres.¿Por qué las campanas están doblando continuamente por todos nosotros y nos seguimos preguntando por qué lo hacen?
No teníamos bastante en este mundo en el que nos la damos de tolerantes, de pacifistas, con aguantar a aquellos que les interesa la violencia para su propio beneficio, para que ahora haya que soportar el runrun de un político nefasto, inútil, cruel, inepto, y para cada adjetivo tengo una tesis preparada como el señor que copa la oposición de España. Ese del puro y los hilillos que ya ha perdido dos elecciones contrapronóstico (al menos la primera) y que sigue el frente. Es qeu quiere solucionarlo todo a base de hostias.
Quiero contaros una pequeña historia que tiene mucho de historia y mucho de pequeña. Era un pescador somalí que vivía en su pueblecito y que vendía pescado todas las madrugadas en su humilde lonja. De repente estalla una guerra de esas que llevan asolando su país desde hace mucho tiempo frente a la pasividad de las naciones unidas y su país queda sumido en el caos, nadie gobierna, nadie cuestiona nada. Pero él no puede hacer otra cosa que seguir pescando, no tiene educación ninguna, ni otra habilidad, simplemente es lo que ha hecho toda la vida, pescar. Un día encuentra un barco extranjero pescando en el sitio donde siempre ha habido peces, con una bandera extraña pero con artiligios mucho más potentes que los suyos. El barco extranjero se lleva muchos peces. Al día siguiente más barcos llegan con diferentes banderas e invaden todo su territorio de pesca. El gobierno no hace nada para impedirlo, porque no hay gobierno ni nadie se atreve a ponerlo.
El pescador poco a poco tiene poco que aportar a sus compradores y pierde su trabajo. Es viejo y se retira a vivir de lo que puedan hacer sus hijos que contemplan el cambio delante de sus ojos. Conseguir un arma en Somalia, es fácil, hay muchas, sobrantes de cada guerra, que también son muchas. Y dice: si el gobierno no me protege lo haré yo y estos que nos están robando pagarán por ello.
Así comienzan los secuestros de tan temidos guerreros con armas de hace veinte años, algunas más viejas que ellos. Son niños que han visto que pueden ganar dinero. Saben que no pueden pasarse de la raya, que no pueden matar a nadie en el barco , pero es fácil. Ellos están desarmados y tienen miedo.
Este comienzo de una historia, me huele que se repite a diario en Somalia.
Pero la solución a los secuestro la tiene clara el señor Rajoy. Matarlos a todos, mandar un Eurocopter, un Eurofighter para volar en pedazos a un feroz soldado y despiadado somalí. Proteger la vida de los pescadores iniciando un tiroteo o un ataque aereo contra su barco o lo que sea. Esa es la solución.
Que triste. Que triste, madre mía. Son los mismo del ridículo del perejil, los mismos que nos metieron en una mierda de guerra por nada. No tienen ni idea. No saben lo que es la muerte, la destrucción, el hambre, la ira, el miedo. Viven en su puta burbuja. Yo tampoco lo sé. Pero no lo fomento. No sería mejor analizar si estos hombres estaban en aguas somalís, invadiendo un terreno soberano, y no hicieron caso al aviso del capitán de la fragata española...
Señor Rajoy de verdad, dimita de ciudadano del mundo civilizado. Vuelva a la caverna y saque la cachiporra para conseguir a la pareja y bátase en duelo con el que le lleve la contraria, pero por favor. Deje de llenarse la boca con la paz que da el silencio de los cementerios.
Si Zapatero ha hecho el ridículo, como dicen por ahí...pues bien, que siga haciendo este tipo de ridículos que yo le seguiré votando con más fuerza aún. Para la vida siempre hay dinero.
Lo siento, estoy cabreado.