Aventureros errantes, aquí un amigo dispuesto a explorar el mundo junto a vosotros, siempre que no miréis atrás y no os importe mancharos del barro del camino
domingo, 28 de noviembre de 2010
Wikileaks o la sociedad de niños memos
domingo, 17 de octubre de 2010
El laberinto de Otegi
sábado, 16 de octubre de 2010
El Templo de la Poesía (Otoño en La casa de Gustav Fröding)
Respiro versos
domingo, 26 de septiembre de 2010
Llamamiento a la revolución empresarial
Dos meses hacía que no escribía una entrada, si bien no ha sido por vaguería y más bien por lo contrario. Han sido dos meses tremendos en todos los aspectos. De esos que hacen huella y subrayan frases en el libro de texto de la vida.
martes, 10 de agosto de 2010
Firma como caminante
domingo, 8 de agosto de 2010
La vida es bella
viernes, 9 de julio de 2010
El hombre tranquilo o Vicente Del Bosque
jueves, 1 de julio de 2010
Que le corten la cabeza!!!
viernes, 18 de junio de 2010
Volver
miércoles, 9 de junio de 2010
Una de fútbol/ a football tale
miércoles, 19 de mayo de 2010
Spanish way of life
martes, 18 de mayo de 2010
My first post in english
martes, 11 de mayo de 2010
Cosmopólita
jueves, 15 de abril de 2010
Valiente
viernes, 9 de abril de 2010
Verguenza propia
sábado, 3 de abril de 2010
La alternativa... o no.
"Cuanto surge de los entresijos de la trama Gürtel en las comunidades autónomas de Madrid y Galicia, amén de las grandes obras caritativas de Fabra, Matas y demás cargos de idéntica estatura moral y cívica, corresponde menos a lo que puede esperarse de un Estado de derecho que a lo propio de una república bananera del mal llamado Tercer Mundo, pues desde la caída del Muro de Berlín sólo hay dos. Y de nuevo nos frotamos los ojos para dejar de soñar.
Pero el mal sueño prosigue. Los votantes del PP no ignoran que los altos cargos de sus comunidades están allí "para forrarse". Lo saben y lo aceptan como algo natural. Son chorizos, sí, como escribí hace algún tiempo, "pero de los nuestros". Dicha mentalidad, denunciada elocuentemente en Italia por Roberto Saviano, supone la extinción paulatina del concepto de ciudadanía y su sustitución por ese "fatalismo risueño" (la frase es de Octavio Paz) ante lo supuestamente inevitable. ¡Cada cual a lo suyo y Dios con todos!"
JUAN GOYTISOLO 02/04/2010 EL PAIS.com
Había evitado hablar de este tema, pero creo que a la hora de votar y a la hora de limpiar nuestra democracia hay que hablar claro. El partido socialista ya pagó sus casos de corrupción en el año 1996 con una derrota parcial que llevaría a una derrota abrumadora en el 2000. ¿Para cuando los votantes del PP van a dejar la filosofía de "ponen a un perro y lo votan"...?
¿Es ésta la alternativa? Definitivamente, subrayo las palabras de Jorge Valdano allá por 1997 refiriéndose a la victoria del PP, "España no necesita un repaso por la derecha, necesita un repaso por la decencia".
Creo que como todo español, me siento ansioso por salir de la crisis, pero por esta gente no paso. Ahhh me olvidaba...han sido suspendidos de militancia un año...para que puedan hacer penitencia y seguir mamoneando...
Es hora de limpiar el nombre de la democracia.
viernes, 26 de marzo de 2010
El camino sigue y sigue
Hace mucho tiempo que no os cuento algo de mi vida. No es que la considere muy interesante pero es la única que tengo, así que perdonad que no me levante.
miércoles, 24 de marzo de 2010
Derechos de autor según Ibarra
jueves, 11 de marzo de 2010
En el corazón de la guerra
Grandiosa, fenomenal, espeluznante, horrible...así de corto me quedo al hablar de la ganadora de los oscars "En tierra hostil" o "The hurt locker" en su nombre original.
miércoles, 10 de marzo de 2010
El problema no es jugar a darse: La universidad española en el ranking
lunes, 8 de marzo de 2010
La mala leche española
martes, 2 de febrero de 2010
El precio de ser justo
lunes, 1 de febrero de 2010
The Road
domingo, 24 de enero de 2010
Artículo que he encontrado
"Hace treinta y dos años desaparecí en la frontera entre Sudán y Etiopía. En realidad fueron mi redactor jefe, Paco Cercadillo, y mis compañeros del diario 'Pueblo' los que me dieron como tal; pues yo sabía perfectamente dónde estaba: con la guerrilla eritrea. Alguien contó que había habido un combate sangriento en Tessenei y que me habían picado el billete. Así que encargaron a Vicente Talón, entonces corresponsal en El Cairo, que fuese a buscar mi fiambre y a escribir la necrológica. No hizo falta, porque aparecí en Jartum, hecho cisco pero con seis rollos fotográficos en la mochila; y el redactor jefe, tras darme la bronca, publicó una de esas fotos en primera: dos guerrilleros posando como cazadores, un pie sobre la cabeza del etíope al que acababan de cargarse. Lo interesante de aquello no es el episodio, sino cómo transcurrió mi búsqueda. La naturalidad profesional con que mis compañeros encararon el asunto.
Conservo los télex cruzados entre Madrid y El Cairo, y en todos se asume mi desaparición como algo normal: un percance propio del oficio de reportero y del lugar peligroso donde me tocaba currar. En las tres semanas que fui presunto cadáver, nadie se echó las manos a la cabeza, ni fue a dar la brasa al Ministerio de Asuntos Exteriores, ni salió en la tele reclamando la intervención del Gobierno, ni pidió que fuera la Legión a rescatar mis cachos. Ni compañeros, ni parientes. Ni siquiera se publicó la noticia. Mi situación, la que fuese, era propia del oficio y de la vida. Asunto de mi periódico y mío. Nadie me había obligado a ir allí.
Mucho ha cambiado el paisaje. Ahora, cuando a un reportero, turista o voluntario de algo se le hunde la canoa, lo secuestran, le arreglan los papeles o se lo zampan los cocodrilos, enseguida salen la familia, los amigos y los colegas en el telediario, asegurando que Fulano o Mengana no iban a eso y pidiendo que intervengan las autoridades de aquí y de allá �de sirios y troyanos, oí decir el otro día�. Eso tiene su puntito, la verdad. Nadie viaja a sitios raros para que lo hagan filetes o lo pongan cara a la Meca, pero allí es más fácil que salga tu número. Ahora y siempre. Si vas, sabes a dónde vas. Salvo que seas idiota. Pero en los últimos tiempos se olvida esa regla básica. Hemos adquirido un hábito peligroso: creer que el mundo es lo que dicen los folletos de viajes; que uno puede moverse seguro por él, que tiene derecho a ello, y que Gobiernos e instituciones deben garantizárselo, o resolver la peripecia cuando el coronel Tapioca se rompe los cuernos. Que suele ocurrir.
Esa irreal percepción del viaje, las emociones y la aventura, alcanza extremos ridículos. Si un turista se ahoga en el golfo de Tonkín porque el junco que alquiló por cinco dólares tenía carcoma, a la familia le falta tiempo para pedir responsabilidades a las autoridades de allí �imagínense cómo se agobian éstas� y exigir, de paso, que el Gobierno español mande una fragata de la Armada a rescatar el cadáver. Todo eso, claro, mientras en el mismo sitio se hunde, cada quince días, un ferry con mil quinientos chinos a bordo. Que busquen a mi Paco en la Amazonia, dicen los deudos. O que nos indemnicen los watusi. Lo mismo pasa con voluntarios, cooperantes y turistas solidarios o sin solidarizar, que a menudo circulan alegremente, pisando todos los charcos, por lugares donde la gente se frota los derechos humanos en la punta del cimbel y una vida vale menos que un paquete de Marlboro. Donde llamas presunto asesino a alguien y tapas la cara de un menor en una foto, y la gente que mata adúlteras a pedradas o frecuenta a prostitutas de doce años se rula de risa. Donde quien maneja el machete no es el indígena simpático que sale en el National Geographic, ni el pobrecillo de la patera, ni te reciben con bonitas danzas tribales.Donde lo que hay es hambre, fusiles AK-47 oxidados pero que disparan, y televisión por satélite que cría una enorme mala leche al mostrar el escaparate inalcanzable del estúpido Occidente. Atizando el rencor, justificadísimo, de quienes antes eran más ingenuos y ahora tienen la certeza desesperada de saberse lejos de todo esto.
Y claro. Cuando el pavo de la cámara de vídeo y la sonrisa bobalicona se deja caer por allí, a veces lo destripan, lo secuestran o le rompen el ojete. Lo normal de toda la vida, pero ahora con teléfono móvil e Internet. Y aquí la gente, indignada, dice qué falta de consideración y qué salvajes. Encima que mi Vanessa iba a ayudar, a conocer su cultura y a dejar divisas. Y sin comprender nada, invocando allí nuestro código occidental de absurdos derechos a la propiedad privada, la libertad y la vida, exigimos responsabilidades a Bin Laden y gestiones diplomáticas a Moratinos. Olvidando que el mundo es un lugar peligroso, lleno de hijos de puta casuales o deliberados. Donde, además, las guerras matan, los aviones se caen, los barcos se hunden, los volcanes revientan, los leones comen carne, y cada Titanic, por barato e insumergible que lo venda la agencia de viajes, tiene su iceberg particular esperando en la proa."