domingo, 10 de agosto de 2008

Juegos Olímpicos


Venciendo la sobarrera que me entra siempre en el mes de Agosto, me animo a escribir. Necesito sacar de mis adentro todos los miedos (todas las dudas) que por esto lares me acechan. La vida me ha dado un año de preparación y tregua antes de lo que puede significar el desembarco más importante de mi vida, mi emigración al extranjero a mejorar mi currículo y definirme en lo que soy.

Quería comenzar lamentándome de estar al igual que el año pasado en estas fechas, cuando había acabado recién la carrera y tenía que tomar decisiones. Inquieto, ansioso, irascible, cansado, desmotivado pero con la necesidad de dar pasos...etc

Y me encuentro de bruces con los Juegos Olímpicos de Pekín. Gente que se ha preparado durante cuatro años para un salto, una carrera, un partido, un duelo... y que depende de una mísera enfermedad, un control antidopaje, un vuelo mal hecho, una gastroenteritis, para mandar a tomar por saco todo.

Es entonces cuando me siento un tonto. Un imbécil egoista y afortunado, atrapado en su propia ambición y su propia pedantería. Me preocupo por un año que puedo pasar en el extranjero como si eso fuese la meta... de verdad, qué gilipollas soy a veces... y caigo en la cuenta que los Juegos sólo son la excusa, la trinchera en la cual luchar, que tiene quien se quiere dedicar a lo que ama. Para llegar a los juegos hay que pasar por muchos entrenamientos diarios, sacrificios de placeres naturales de las edades en las que se compite, lesiones, campeonatos del mundo, viajes etc...y todo para simplemente una cosa: Disfrutar.

Y eso es lo que quiero hacer este año, desde que la vida me dio ese susto que a todos nos acecha, me he dado cuenta que lo importante no es la meta es el camino, pero que sin meta no hay camino.

Curiosamente desde que programé este viaje de estudios y comencé a luchar por él, todo ha ido viento en Popa, cumpliendo los objetivos del año, y encontrando sorpresas que ahora forman parte de mi vida y que aumentan hacen brillar la belleza que me rodea.

Os iba a contar que no sé si trabajar este año mientras hago el doctorado, si estudio Inglés a saco, si empiezo a preparar la tesis, si empiezo a... y ya me veo sacando el cuaderno de las decisiones, el de las columnas de los pro y contras...pero...

¿Por qué no preocuparme de disfrutar mientras hago todo eso?

El libro " La ley de la atracción" de Michael Losier, que me han regalado hace poco cuenta que todo empieza a salir bien cuando te rodeas de vibraciones positivas, de gente y cosas que te gustan y que sabes que te ayudan, mientras vences las dudas que te rodean enfrentándote a ellas...

Estoy esperando a que se encienda la antorcha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mucho razonar y mucho pensar pero hoy nos vamos a Ibiza... te quiero ver yo a la vuelta...