jueves, 24 de abril de 2008

Una película que quiero que veais


Se me hace menester, que no obligación, recomendar una película al lector. Se trata de "Buscando a Ricardo III" con Al Pacino como actor y director.

Se trata de un género llamado Docudrama o "Una peli de como se hace una peli" , vamos, el equivalente de Soldados de Salamina pero en cine. En él Pacino nos muestra las dificultades de adaptar una obra Shakespeariana a la grana pantalla y los problemas a la hora de encontrar la profundidad del texto del escritor Isabelino. Todo un reto. Pero mostrado en una fenomenal película que cuenta con las actuaciones de Kevin Spacey y Winona Ryder así como el director de cine Frederic Kimball.

Una metáfora del poder con la que Shakespeare nos hace analizar nuestros días y nuestros líderes desde una perspectiva que hiela el corazón.

miércoles, 23 de abril de 2008

Música que me ha estremecido


Hace muchos años que abandoné, en un arranque de orgullo, una prometedora carrera de piano. Sí, sé que esto sorprenderá a muchos. Pero así fue.

Todavía recuerdo esos momentos en los que me examinaba cada semana con mi profesor, con el simple hecho de mostrarle mis progresos con las obras que me mandaba. Muchas no me gustaban, pero bastaba una joyita entre ellas, para que, al ver a la gente entregada a mi música, alcanzara el éxtasis.

Así abro una nueva sección en este humilde espacio y se lo dedico a aquellas obras que me abrieron el corazón y la mente a otros mundos y otros tiempos.

Uno de mis favoritos: Chopin y su nocturna Opus 9 Número 2 una que nunca llegue a terminar de aprenderme. Su belleza y delicadeza, su danzar de los dedos sobre el teclado, la sensación de una noche de verano y los recuerdos de esos bailes, risas, travesuras y primeros amores, afloran cuando comenzamos a escuchar sus acordes. Algún día retomaré esta senda, cuando el destino lo considere oportuno.

Os dejo con la maravilla del compositor Francés:

http://www.youtube.com/watch?v=EvxS_bJ0yOU&feature=related

jueves, 17 de abril de 2008

Los fantasmas del Prado


Acudía ayer, al Museo del Prado, la pinacoteca más impresionante del mundo, por lo menos de las que he conocido in situ.

Todo comenzaba con la noticia de la exposición de las obras de Goya con motivo del segundo centenario de los hechos de 1808 que dieron lugar a la guerra de la independencia. Mis padres no conocían el museo y , dada su condición de prematuros jubilados, tenían tiempo para ello. Tengo que decir que yo no soy poseedor de tiempo libre pero las preferencias en la vida se tienen que demostrar sobre el tapete y no en la teoría. Y mi preferencia era compartir con ellos esta maravillosa colección.

Cuál fue mi sorpresa esa mañana soleada y bochornosa de Abril, cuando entré en la sala acondicionada al pintor, al encontrarme ante un artista con el que me identificaba totalmente: Alma progresista y amor por sus compatriotas y amigos. La vida de un hombre que ve morir a cuatro de sus hijos, su mujer, que contrae una enfermedad extraña que le deja sordo... y que aún así es capaz de ser el mayor pintor español de todos los tiempos y quizá del planeta.

Basta ver sus grabados y aguafuertes, para experimentar la angustia vital y la soledad de este artista.

Y ahí quería yo llegar.

La soledad. Este año, estaba planeado para ser un año de transición en mi vida, y calculé mal. Pensando que la travesía en el desierto siempre suele ser dura, no pensé en la mayor de las calamidades de un ser social que es el hombre. La soledad.

La profesión que yo he elegido (privilegiado de poder hacerlo) se caracteriza por eso, por no tener nadie a tu lado con el que compartir tus conocimientos, tus descubrimientos, tus hallazgos... por no tener retribución económica al hacerlo... y si a eso le sumas el estar alejado de todo lo que has sido durante más de diez años...suma y sigue... luego de las más de cuatro horas que paso en transporte público todos los días...

El cuerpo tiene un aguante, es inteligente. Y el mío me está diciendo que la gasolina está jodía y que la telemetría no es la adecuada, el trazado de las curvas es demasiado anguloso y por tanto se pierden décimas.

Debo entrar en boxes.

Por eso pido paciencia a aquellos que están conmigo en este camino que se torna angosto, empinado, oscuro y lleno de barro. Pero que es etapa obligada antes de llegar a los campos elíseos.

Y un abrazo de agradecimiento.

domingo, 13 de abril de 2008

A veces me canso de ser hombre


El título de este artículo pretende alejarse de connotaciones de identificación sexual. Nada más lejos de ello. Está sacado de una canción de Extremoduro "Sucede" que a su vez, si no me equivoco, procede de los versos de algún poeta (me suena Antonio Machado).

Con él me quiero referir a un estado de ánimo. Esos momentos de la vida que sientes que todo te supera, que la vida te arrastra, y si esa vida la has elegido tú , todavía peor. Puede no ser casualidad y coincidir con las teorías de los científicos que hablan de Astenia Primaveral (o algo así). Yo lo llamo estar en medio del fragor de la batalla.

Cuando hemos planeado una época de la vida con minuciosidad, siempre hay un gran imprevisto que hace que todo se complique, imprevisto que se hace necesario para que la vida resulte interesante. Por eso, cuando intentamos ordenar nuestra existencia deberíamos tener en cuenta que no somos dueños de nuestros actos. Para explicarlo mejor, voy a poner un ejemplo. Un partido de fútbol.

Puedes estudiar al contrario, entrenar a tus jugadores, planear la estrategia, estudiar las posibles variantes tácticas...pero todo queda en entredicho cuando pita el árbitro. En ese momento basta con que un aficionado te tire una botella para que todo lo que has planeado sea puesto en evidencia. Esto no es síntoma de que nada se puede hacer con la vida, al contrario, quiere decir que se está poniendo a prueba lo que hemos planeado, por eso no se puede dar un giro inesperado, hay que amoldarse a las circunstancias pero sobre la base de nuestro trabajo previo. La mayoría de las veces suele salir bien.

Pero cuando estás en medio del partido, y ves que tienes todo en contra, comienzas a dudar de todo lo que haces, de todo lo aprendido, de todo... ese es el momento en el que surgen los héroes anónimos, los que a pesar del temporal, siguen con la lucha...los imprescindibles. Y siempre aparecen aliados desconocidos, estrellas que te guían y que te alientan.

Yo intento cada día ser uno de ellos uno de esos que no se dobla, aunque no siempre lo consigo. Son las épocas en las que sucede que me canso de ser hombre, por no ver posible capear el temporal, la habitación de todos los días se te queda grande, los viajeros del tren en el que vas son superhombres, la vida de los otros te parece ideal y sientes que nos sabes donde vas...

Es el momento de seguir luchando.