No voy a darle ni un minuto de mi tiempo, no voy a escribir sobre él nada, simplemente voy a ignorar a ese personaje que veo montar en el helicóptero y que abandona la Casa Blanca... ha dejado tras de sí un mundo inseguro, sembrado de odio, de miradas recelosas, de patriotismos falsos, de familias arruinadas, de petróleos mortíferos, pero soy así...se me hablanda el corazón ante un hombre que ha sido la cara de los peores y más viles intenciones de las ambiciones humanas, los Rumsfeld los Cheney que han engordado sus cuentas gracias a la sangre de sus soldados y los inocentes iraquíes.
Pero quiero dar la bienvenida a Obama.
En nuestro mundo de esperanzas él es nuestro héroe, en nuestra historia él es la espada que nos protege de la depresión, del desánimo. Posiblemente se le exija tanto que igual la sensación primeriza es de decepción, pero no tengo miedo. Sé que lo va a hacer bien, está condenado a dejar un rastro en nuestra memoria.
Ha sido un discurso vibrante el que ha dado el senador, ahora presidente, en Washington. Apelando al positivismo, a la lucha, a la defensa de la libertad desde la libertad, no desde el despotismo de las armas.
No disfrutaba de un discurso tanto como desde el de Zapatero en el 35 congreso del PSOE en el cual ganó.
El año que viene quiero ir a EEUU a estudiar y agradezco al pueblo americano por darme la mejor bienvenida.
La américa de Barack Obama.
