jueves, 15 de octubre de 2009

Dos meses después

Dos meses después me encuentro otra vez en la tierra hispana.

Tranquilos, no he abandonado el camino y no se me ha puesto nada delante para pararme, simplemente es un pequeño descanso o "break" como se suele decir en el lenguaje de su majestad inglesa.

Volver, con la frente marchita... decía una canción de Gardel, pero no. Vuelvo con la frente muy alta. Dos meses han dado para mucho, pero ahora me siento a escribir y me encuentro bloqueado, qué hacer...

Pues hablaros de unas tierras misteriosas, cuyos habitantes hablan un idioma raro, cuyos paisajes son de leyenda, con un sistema político basado en la razón y el respeto, la confianza y la inocencia. En donde he pecado muchas veces creyéndome listo por poseer la innata astucia española que nos saca de "todos los entuertos", pero que al pensarlo fríamente descubre que simplemente es orgullo tapando el caos, la improvisación, la impaciencia...todo...

Y os cuento el caso que descubrí el otro día. La ciudad donde vivo en Suecia, Karlstad, no es nada del otro mundo. Tiene una fábrica de café, muchos restaurantes, cafés y pubs/discotecas, y centros comerciales a punta pala, comercios de ropa por un tubo etc... pero algo me sorprendió. Debido a su agradable clima (dentro de lo que es el "agradable clima de Suecia") es una ciudad de veraneo y deportes acuáticos, llana, con pocos desniveles, propicia para una especulación urbanística al canto. Pero no. Han utilizado los fondos europeos para la creación de una Universidad de la nada cuyo objetivo es desarrollar una fuente de investigación y desarrollo, a sú vez, han dotado de empresas de I+D en Tecnología de la información pensando en un futuro desarrollo.

En España no, en España hay que hacer unas olimpiadas. Y yo, sinceramente me alegro de que no se celebren en Madrid.

Dentro de poco volveré a esas tierras nórdicas y tendré que ver España desde la barrera. Pero cuidado, que a veces salta el toro!!!

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