jueves, 27 de septiembre de 2007

Hidalgos de hoy

Como prometí, hoy hablaré de los caballeros andantes que pululan por nuestro alrededor.

La frase no es mía y decía así: "Los caballeros de antaño cabalgan siempre solos". La dijo un amigo mío en un mensaje de apoyo ante una debacle sentimental.

Cabalgan solos.

Existen hoy en día individuos marcados por la virtud, por la compasión, por la dureza y el amor al combate, por su austeridad, por su autoexigencia, por su humildad.
Están por todas partes: en la política, en la enseñanza, en los laboratorios, en los despachos, en las calles al lado de una bota de vino, en las misiones en el tercer mundo... el problema es que rar vez se identifican. Rara vez se atreven a decir que a ellos les mueve la virtud y que el mundo y sus desgracias sólo les hacen más resistentes.

Este tipo de gente ha aguantado embestidas y tentaciones de volverse vulgares: "Cásate con una buena mujer y déjate de tonterías", "búscate un buen trabajo y a vivir", "Acomódate", "yo a ese no le perdonaba".... muchas y muchas ocasiones donde el caballero puede elegir por una vida más fácil.

Son muchos los libros, religiones, filosofías...que nos dan datos de la virtud...bien en mandamientos, bien en bienaventuranzas, bien en tratados empiristas, cartesianos, aristotélicos, kantianos etc.... siguiéndolas se alcanza la virtud.

La virtud duele, y quien la sigue tiene cicatrices por todo el cuerpo. El caballero nunca culpará a otros de sus desgracias, nunca. Agachará la cabeza y luchará contra la lluvia y el viento. Ayudará a quien lo pida y elegirá bien a sus amigos. Buscará la perfección.

Pero cabalga solo.

Todo aquel que conozca a uno, y estoy seguro que conocéis alguno...verá que son gente muy solitaria, aunque tengan muchos y buenos amigos...son gente que seguirán su camino y que recibirán vuestras críticas con los ojos abiertos. Son gente muy dura, su aparente blandura es fruto de su humildad, condición indispensable para ello...

La caballería simplemente ha cambiado. No ha desaparecido. Ni sus ideales.
Los conoceréis por la gente que los odían. Por que los hidalgos nunca se enfadan.

Tuercen el gesto y siguen su camino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estás de un profundo últimamente que das hasta miedo. ¡¡A ver si empiezas ya a tener ocupaciones no ociosas y te vuelves a Madrid!!.
Los caballeros se movían por las mujeres y por el placer de sentirse superiores y admirados allá donde fueran.

Daniel Gomez dijo...

Esos eran los flipaos, que a la hora de la verdad, no eran nadie. De esos los sigue habiendo cada vez más. El caballero disfrutaba las fiestas pero también velaba armas antes de un combate

Anónimo dijo...

Dices bien joven padawan, los caballeros andantes cabalgan siempre solos,suelen ser guapos y les rodea un halo de melancólica tristeza. Sobre sus espaldas cargan con el deber de conseguir lo que nadie puede, de hacer lo imposible. Por eso son héores.

Mientras, los demás mortales de común forjar les miran impertérritos esperando, anhelando su fracaso.

Pero los héroes son héroes porque nunca pìerden, en la hora del ser o no ser los héroes toman las armas contra el piélago de adversidades y haciéndoles frente, acaban con ellas.

Es fácil ganar cuando todo está hecho y el camino es allanado por los poderosos, pero es fácil perder cuando a tu alrededor reina la desidia. Cuando parece que todo está perdido, cuando todo acaba. Entonces es cuando aparece un pelotón de soldados que salva el mundo. Es entonces cuando surge el héroe, cuando el héroe supera sus límites y culmina invicto su hazaña.

Entonces nace la leyenda.

A caballo con doce de los suyos
sangre sudor yerro, el Cid cabalga.

Daniel Gomez dijo...

Y Minaya Alvar Fañez
cabalgaba fiero a su lado