Aunque me apropie del título de esta película, no, no voy a hablar de cine esta vez aunque para lo que voy a contar necesito los ingredientes de una película del más ácido Berlanga.
Un escenario: Catalunya, soportales al lado del río en Girona. Unos protagonistas: Un hombre en al feria del libro que allí acontece y un grupo de jubilados turistas castellano-manchegos.Una época: esta semana.
Los paseos de los grupos de jubilados españoles (y de los españoles en general) se caracterizan por la pérdida del miedo al ridículo en cuando hemos pagado por algo, hasta ahí la crítica. Desde cien metros se podría adivinar que el grupo de sexagenarios provenían de alguna comunidad autónoma del centro de la península ibérica. Sus risas y carcajadas rompían la letanía de esa mañana de domingo en Girona mientras el mercado de libros de ocasión rezumaba tranquilidad. Su español manchego era lo poco que se podía oír en la ciudad, que estaba todavía dormida.
A esto que un individuo visiblemente nervioso y exaltado con una sonrisa casi demente está ojeando el diario EL PAÍS en cuya portada un hombre enarbola la bandera republicana en el congreso de los diputados. Dos extrañas conexiones neuronales se activan en la cabeza de ese tipo que al oír el acento centro- español ni corto ni perezoso se abalanza con un gesto de victoria casi amenazante.
¡Setenta años, setenta años han tenido que pasar para ver la bandera esta por la que hemos luchado tanto en el congreso!
El gesto de sorpresa de los jubilados se torna en curiosidad. Educadamente, uno de ellos, le pregunta por la razón de su exaltación. Y el prosigue con un discurso de anti nacionalismo español, con actitud orgullosa de un héroe defendiendo la represión franquista que para él representaban esos turistas jubilados.
"y encima el Bono ese le regaña... esa es la España que tenemos" Termina triunfante.
Los vetustos turistas, se miran sonriendo, el hombre nota algo extraño y se pone amenazantemente a la defensiva. "ahora me van a contestar como buenos fachas" seguramente piensa en ese momento.
Pero uno de los castellanos, fascistas, retrógrados, con cuernos o lo que el individuo ese viese se adelanta y le dice educadamente " Tiene usted toda la razón amigo, toda...pero...¿me permite una pregunta?. El hombre, desafiante le da la palabra. ¿Cómo ha sabido que este era un grupo de jubilados de la UGT, que lleva luchando por eso mismo desde hace más tiempo que usted?
Las carcajadas de sus compañeros tenderos, las de los jubilados, las de la virgen de montserrat, las del espíritu de Companys, se oyeron hasta en la Expo de Zaragoza...
Bendito País....
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