domingo, 13 de julio de 2008

La costa triste

La verdad es que necesitaba un respiro.

Han pasado varias semanas desde la última vez que me asomé a este humilde púlpito desde el cual, este poeta loco intenta ser, por lo menos, escuchado.

Digamos que me he ido a relajar el alma. Durante diez días, me han rescatado de la lucha diaria para sumergirme en el lugar de la eterna primavera y allí creía estar, alejado de las preocupaciones globales y locales que nos rodean, dejando de analizar todo lo que llega a mis ojos, oídos, nariz y dedos... unas vacacioncitas en Murcia con el aliciente de ir a ver a Bob Dylan suena realmente tentador.

La estancia ha sido de ensueño, la verdad, y quiero agradecer a la persona (o personas) que han hecho posible que así sea.

Pero como todo en la vida, necesitamos un antagonista para vivir. Y creyéndome libre de toda culpa, me lo encontré a bocajarro. Todo sucedió el día que fuimos a la playa por primera vez. Me lo habían advertido, pero aún así no hice caso. Tuve que ver con mis propios ojos el horror.

El horror se llama especulación urbanística, se llama destrucción del litoral de una manera injustificada, se llama llenarse los bolsillos, se llama avaricia, se llama insolidaridad, se llama ver pueblos enteros en venta, casas y casas que no se venden, urbanizaciones en quiebra, acantilados partidos por la mitad, se llama tristeza.

No voy a nombrar todos los pueblos, ni siquiera uno, pues sería darles la publicidad que no se merecen.

Ahora viene, lo que todo el mundo llama crisis. Una crisis que a mí no me afecta,siento decirlo, no me afecta por varias razones: primera, se veía venir, por lo tanto tengo paraguas para la lluvia, y no he picado. Segunda, no tengo ninguna hipoteca a pagar, ni mi familia tampoco, ya que no hemos querido expandir nuestro imperio en gilipolleces especulativas, no tenemos posesiones en venta, nada que se pueda regatear excepto nuestro trabajo, y esa es otra historia...
tercera porque me llevan diciendo desde los doce años que el petroleo se acaba y que viene un período jodido.

Crisis... por eso están llenos los restaurantes, hoteles, carreteras colapsadas, museos, cines (estos no tanto), cafés, discotecas...por eso los principales bancos tienen beneficios brutales que no reparten con sus trabajadores, porque los que cobraban el 75% en negro, cobran lo mismo en nómina pero sin el negro (jodeos por no contribuir y encima reír la gracia). Por eso las agencias de viajes están colapsadas, los móviles se venden como churros, nos compramos todos la camiseta de la selección española...

Sinceramente, a veces pienso esto no es crisis, es un castigo divino para los especuladores y aquellos que les han reído la gracia. Espero que no lo paguen los de siempre.



2 comentarios:

Carlos LABARTA dijo...

Enhorabuena por tu blog!

Anónimo dijo...

ya lo hemos hablado muchas veces; yo me rio de la crisis y de todos aquellos que por especular la están sufriendo. El problema es el de siempre, al final, pagaremos los más llanos de esta sociedad.
bs